Después
de hacer una entrada hablando en nombre de todos, explicando qué nos
ha llevado a hacer este blog, me gustaría estrenarme en la sección
de música -probablemente una de las que mas me apasionan-
escribiendo sobre el artista que, sin duda, me ha marcado más. En mi
primera entrada de la sección mencionada con anterioridad, me
gustaría hablar del artista que hace tiempo que me acompaña y mas
me apasiona: Bruce Springsteen.
No
es el primer cantante que descubrí al empezar a curiosear entre los
elepés de mis padres; antes vinieron los Rolling Stones y su
rebeldía, la fuerza y potencia de AC/DC, la voz de Freddie Mercury y
el espíritu de Queen. Si, puedo decir que Queen fueron mi primer
grupo; sus canciones me acompañaban allí donde iba, anhelaba sus
discos y quería coleccionar todo lo que fuera posible, leía libros
y buscaba artículos para conocer más sobre esos cuatro chicos que me
habían llegado como nadie antes lo había conseguido. Suyo [en la
gira junto a Paul Rodgers] fue mi primer concierto grande, y esa
noche fue mágica, de aquellas que no se olvidan nunca. Y siempre
serán eso, el primer grupo que abrió mi horizonte musical, aquellos
que me enseñaron a buscar para conocer grupos nuevos, aquellos con
quien aprendí a valorar este arte que es la música.
Pero
un día, algo en mi hizo un “clic” que cambiaría por completo mi
concepto de música, que haría que jamás volviera a escucharla de
la misma manera. Ese día cambió algo que me llevó a enamorarme de
la música de alguien que hasta ese momento había ignorado. Bruce
Springsteen. Recuerdo perfectamente la primera canción que escuche
del roquero de Nueva Jersey, Hungry Heart. En mi casa tenemos
el LP “Live 1975-85” y a mi, acostumbrado a los CD'S como estaba
en aquel entonces, me resultaba divertido ver como el vinilo giraba
en el plato. Si, de esta manera tan simple me introducí en su mundo.
Por alguna razón que desconozco, esa caja llamó mi atención: Bruce
sale en portada con su fender en
mano. Aquí, empieza mi vínculo con el Boss.
Cómo
llegué a esa canción, no lo se, pero algo me llevó a ella y
aquel sonido me dejó maravillado. La canción incluida en The
River empieza con batería y
teclado, para derivar -en esa
versión en directo- a algo
que me sorprendió: un estadio coreando la canción a pulmón, letra
a letra la cantaban toda. Algo tenia ese hombre que hacia que tanta
gente cantara sus canciones. Siempre recurría a esa pieza
cuando quería escuchar a Springsteen, y pasaría un tiempo antes no
empezara a descubrir, poco a poco, ese universo que tiene a su
alrededor. Antes de perderme entre canciones y discos varios,
llegaron a mis manos un par de libros: el primero Greetings
From E Street, es una maravilla,
escrito a consciencia y con memorabilia extra en sobres; el segundo
Barcelona Loves Bruce,
este una recopilación de sus conciertos en Barcelona. Con ambas
publicaciones me quedaba clara una cosa: había revolucionado el
mundo de la música y la gente hacia todos los posibles para verlo en
directo. En
muchos aspectos, había marcado un antes y un después y era un
modelo a seguir para muchos.
A
partir de ese punto, llegaron a caer los primeros CD'S, DVD'S y
similares. Como muchos de los seguidores de las nuevas generaciones,
me inicié a su música con los temas mas clásicos -y a veces mas
odiados para ciertos sectores- y es que Born
In The USA,
Badlands
y ese Born
To Run
tenían algo que no sabia que era, pero que tenia claro que me
gustaba. Gracias a la biblioteca municipal de mi ciudad pude acceder
a la grabación Live
In Barcelona,
y con ella quedé encandilado. En directo mostraba una fuerza y una
potencia inigualables, un espíritu de rock insaciable, tenia a
veinte mil personas saltando a la vez, las cuales, con un simple
gesto suyo, creaban un silencio sepulcral en un abrir y cerrar de
ojos. Creaba
un vínculo mágico con el respetable. Gracias
a Internet
y las nuevas tecnologías, pude ver mas videos y descubrir un poco
mas, hasta que llegó lo que hizo que, definitivamente, me enamorara
de su música y descubriera un mundo totalmente nuevo. Su discografía
completa.
Después
de anotar todos sus discos por orden cronológico, dediqué unas
cuantas tardes a escuchar sus compactos. Uno a uno. Cada uno de
ellos, tenia algo que me tocaba por dentro, una cosa pequeña que me
dejaba prendado, algo que hacia que me identificara con ese hombre y
su música. Mas tarde, cuando dediqué parte de mi tiempo a traducir
las letras, esta sensación creció, pero en un primer momento era
puramente musical.
Con
cada canción, se abría ante mi un mundo completamente distinto.
Sonaba diferente a lo que estaba acostumbrado a escuchar: el sonido
Queen no se parecía nada, la rebeldía de los Rolling iba por otro
camino... fue una combinación que no se puede definir. Y eso, es lo
que hace especial este vínculo que se creo entre su música y yo,
que las sensaciones que me despierta son tantas que no se pueden
plasmar en un papel. De
Greetings
From Asbury Park, N.J.
eran esas guitarras, ese sonido tan fresco, ese folk que tendía a
rock al avanzar el álbum. Del segundo, The
Wild, The Innocent And The E Street Shuffle, fueron
esas instrumentaciones abundantes, llevadas al extremo y cuidadas con
una pulcritud máxima; el piano de Incident
On 57Th Street, David
Sancious brillando como nunca en New
York City Serenade,
la potencia de Rosalita
(Come Out Tonight),
ese 4th
Of July, Asbury Park (Sandy)
tan intimista... Y Born
To Run
ya fue la guinda al pastel, un disco que engancha y te deja prendado
desde la primera nota. Esa armónica que suena en los primeros
segundos para dar paso a un Bruce que va desgranando Thunder
Road
poco a poco, con aquel sentimiento tan suyo... la sección de vientos
de Tenth
Avenue Freeze-Out, los
redobles de la canción que le da nombre al compacto. Es Backstreets,
Night,
es ese Jungleland
cuyo
solo de saxo deja sin aliento...
Del
Darkness
On The Edge Of Town,
que decir; furia, potencia, rebeldía... un disco rápido y dinámico
con un precioso Racing
In The Streets que
rompe esa estructura de álbum lineal con un Springsteen que brilla
delante del micro... y The
River ya
fue mi confirmación, el ultimo paso antes de la springsteenmania.
Tenia
el Hungry
Heart
que me hizo conocer al Jefe, un Sherry
Darling y
un Ramrod
que me invitaba a no quedarme quieto, Drive
All Night para
encarar el final del disco de la mejor manera posible, ese The
River
que te toca hasta el punto de dejarte con la lágrima... y podría
estar horas y horas escribiendo sobre los detalles de su discografía
que me enamoran, porque para mí, es uno de los artistas mas
completos y, sin lugar a duda, quien mas me ha marcado. Nunca
olvidaré ese 17 de mayo de 2012 cuando salió al escenario de
Montjuïc, en Barcelona, y pude verle por primera vez; esa
combinación de sentimientos: emoción, nervios, tristeza al
terminar... ese temblor de piernas cuando empezó a sonar mi favorita
-Thunder
Road-,
ese seguido de lágrimas que empezaron a caer mejilla abajo cuando él
decidió que debíamos cantar nosotros, el estadio coreando el nombre
de Clarence en Tenth
Avenue Freeze-Out,
los recuerdos a Big Man y a Danny en My
City Of Ruins...
una noche mágica. Ese día, entendí por que hay gente que coge
aviones para ir a sus conciertos. Ese día, entendí porque le llaman
The
Boss
y porque siempre que viene, agota entradas.
Ha
sido él quien me ha enseñado a amar la música como lo hago, quien
ha hecho que quiera hacer algo relacionado con este mundo, quien hace
que escuche cada día sus canciones como si fuera el primero, que me
emocione como si fueran algo nuevo para mi cuando las he escuchado
días y días... Clarence Clemons es el culpable de mi amor por el
saxo, Max hizo que me fijara en la batería mas de lo que ya lo
hacia. Stevie y Nils me hacen enloquecer con sus guitarras, Roy me
deja sin aliento cada vez que ese piano saca las notas de alguna de
mis favoritas... Garry,
que decir de él, un grande!
Porque señores, para mi esto es Bruce. Sorprender. Hacer lo que nadie espera. No aferrarse a lo que dictan las directrices. Renovarse. Explorar. Colgarse una guitarra a la espalda y hacer que, durante unos minutos, no existan los problemas. Sacar sonrisas por doquier. Hacer llorar a los hombres y gritar a las mujeres. Tocar como si cada nota, cada minuto, cada segundo, fuera el último de su carrera. Entregarse por completo a un público que ha hecho, de su música, la banda sonora de sus vidas, aquello que les acompaña allí donde van. Sacar sonrisas. Emocionar. Llegar a la gente como pocos saben hacer. Siempre, eso si, sin dejar de tocar con los pies en el suelo, porque dentro de la estrella que es, sigue teniendo el espíritu de ese chico inconformista de Asbury Park que escribía canciones a modo de evasión. Es eso y es mucho mas, porque hay una cosa que se aleja por completo de los aspectos musicales, pero que siempre le voy a agradecer. Ha sido su musica la que me ha dado la oportunidad de conocer a mi familia brucera, unos chicos con los que comparto una pasión: Bruce Springsteen, y con los que la amistad que hemos entablado, va mucho mas lejos. No se limita a esto. Él es uno de nuestros temas de conversación, pero sabemos que nos tenemos para lo bueno, para lo malo, para hablar, para reír, para pedir consejos, para compartir experiencias... y esto, en estos momentos, es impagable.
Por todo esto, y muchas mas cosas que aquí no cabrían, gracias Bruce!
No surrender!
-Nasi
Ver que alguien que siente la música igual que tú lo exprese tan bien, me llega a crear una sensación extraña, de emoción o no se qué. Me ha encantado Ignasi. Sherry.
ResponderEliminarMe identifico con cada una de tus palabras. Has sabido definir muy bien algo tan inexplicable. Me ha encantado, y me encanta que compartamos esta pasión.
ResponderEliminarNúr