domingo, 23 de febrero de 2014

Tokio Blues

Hoy os quería hablar sobre el libro que me estoy leyendo, de Haruki Murakami. Se llama Tokio Blues y es uno de aquellos libros que llevaba mucho tiempo deseando leer.

El escritor japonés lo publicó en 1987 pero sigue siendo una novela muy actual, podría estar escrita en pleno 2014. Con un aire un poco nostálgico narra la historia de un hombre que explica su juventud (en su etapa universitaria) basandose básicamente en sus relaciones interpersonales. 

El protagonista es una persona un tanto especial pero con la que me puedo a llegar a identificar en determinados momentos. No le importa la soledad, aunque él mismo admite que a nadie le gusta estar solo. Cree que es una persona corriente pero los demás dicen que lo que le diferencia del resto es que no busca ser comprendido a lo que siempre responde que ojalá fuera tan fuerte para eso, pero que de momento, aún necesita la comprensión de los que le rodean. Le apasiona la lectura y su libro favorito es El Gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald (lectura que tengo pendiente y creo que será la próxima que leeré). Ama a alguien con todo su ser y cree que tiene como un deber de proteger a esa persona, aunque se le pongan por delante otras posibilidades más fáciles y placenteras.

El libro trata también con naturalidad el tema de la sexualidad siempre con un toque de frescura que te hace sonreir. 

Me he animado a escribir este post al leer unas frases que pronunció hace relativamente poco el autor, Murakami, que me han llamado mucho la atención:

"Yo lo único que hago es perseguir las imágenes que acuden a mi mente y, siguiendo ese flujo, voy escribiendo la historia. No sabría explicar la trama, todo viene en un paquete llamado historia, que yo presento envuelto en un texto". Creo que es una forma de escribir muy automática pero que puede crear un contenido muy interesante, que refleja la personalidad del escritor y muestra muy bien las emociones y sentimientos que este nos quiere transmitir ya sea voluntaria o involuntariamente.

También nos dice "Soy incapaz de sentir interés en novelas que no causen desconcierto a los lectores. Esto no quiere decir que intente desconcertarles o escribir algo difícil. Lo que quiero decir es que las novelas largas que no hagan cuestionarse a los lectores el sentido de la historia, el flujo de su conciencia o la firmeza de la base de su existencia, no deben escribirse ni leerse. Yo tardo varios años en escribir una novela larga dejándome, literalmente, la piel en ello. Si no fuera capaz de escribir una novela con una fuerza como esa, la escritura no sería más que una pérdida de tiempo." Yo que aún no he terminado de leer Tokio Blues, espero impaciente llegar al final 

Otra declaración fue que él, al principio se había interesado más por otras artes como el cine o el teatro pero su personalidad le hizo decantarse por la escritura. Nos cuenta con una anécdota como empezó su vocación. En 1978, Murakami, asistía a un partido de béisbol en el estadio japonés de Jingu entre los Yakult Swallows y los Hiroshima Carp. David Hilton salió a batear y, en el instante en que golpeó la bola, se dio cuenta de que quizás él también podía escribir una novela. "En principio, me interesaba más hacer cine y teatro, pero ya en la universidad me di cuenta de que son tareas de creación en grupo, y yo, dado mi carácter, no puedo estar tranquilo si no puedo asumir la responsabilidad plena y controlar hasta el mínimo detalle. Tal vez se deba a que soy hijo único, pero no estoy hecho para el trabajo en equipo". Es muy interesante que el autor decidiera escribir un libro como afán de superación, para demostrarse que podía hacerlo si se lo proponía. Es una filosofía de vida que todos deberíamos tener para así animarnos a hacer aquello que nos gusta o que tenemos ganas de hacer en la vida. 
Y la que más me ha sorprendido: Tokio blues fue un simple experimento.
Con ella descubro que Tokio Blues, es su única novela realista, lo cual no sabía ya que es el primer libro que leo del autor (aunque no será el último). De hecho, en una entrevista en el año 2007 para El País declaró: "No tengo interés en escribir novelas largas con estilo realista, pero decidí que, aunque sólo fuera una vez, iba a escribir una novela realista. Tokio blues fue un simple experimento. Personalmente, a mí me gusta esa novela, pero no he vuelto a leerla desde hace casi 20 años. De momento, no tengo ninguna intención de volver a escribir algo parecido. No tengo interés en el pasado. Ya no puedo sentir interés en el llamado estilo realista porque, si escribo una novela así, acabo aburriéndome".

Otra declaración si más no, curiosa fue la siguiente: "Me gusta escribir sobre comida. Quiero provocar una reacción física de los lectores al escribir sobre la comida o la bebida. Poder hacerlo con frases es uno de mis placeres como escritor. Tengo la convicción de que si puedo conseguir hacerlo bien, seré capaz de hablar con más claridad, con más fuerza, sobre el amor o la tristeza, o el sentido de vivir."

Y para acabar decir que él dijo alguna vez que cuando no escribe le gustaría, simplemente, dejar de existir. A eso se le llama un escritor innato o como mínimo, entusiasta de su trabajo.

-Vero



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